A 100 años del Nacimiento de Evita
Una líder de masas
El 7 de Mayo de 1919 nacía María Eva Duarte, una de las figuras políticas más influyentes de la historia argentina. Trabajó en teatro, cine y radio antes de casarse con Juan Domingo Perón. Bautizada por el pueblo simplemente como “Evita”, despertó odios y pasiones durante su corta vida. Murió cuando tenía 33 años por un cáncer uterino.
Nació en la estancia “La Unión”, a veinte kilómetros al oeste de la localidad de Los Toldos, Buenos Aires, fruto de una relación extramatrimonial entre su madre, Juana Ibarguren, y su padre, Juan Duarte.
Con sólo 15 años, decidió dejar su casa y emprender su carrera como actriz en la ciudad de Buenos Aires.
En abril de 1938, con solo 19 años, encabezó el elenco de la Compañía de Teatro del Aire junto a Pascual Pelliciotta.
Trabajó en películas como “La carga de los valientes”; “El más infeliz del pueblo” con Luis Sandrini y “Una novia en apuros”.
Su vida cambió rotundamente el 22 de enero de 1944 cuando, en un acto realizado en el estadio Luna Park por la Secretaría de Trabajo y Previsión, durante una colecta solidaria a favor de las víctimas del terremoto de San Juan, conoció a Juan Domingo Perón, veinticuatro años mayor que ella.
Se casaron el 22 de Octubre de 1945, y comenzaron un trabajo en conjunto hacia la carrera presidencial.
De la mano de Perón, Evita incursionó en la política, convirtiéndose en la “abanderada de los humildes” y conquistadora del voto femenino. Fundó el Movimiento Peronista Femenino, y fue activa impulsora por los derechos de la igualdad de la mujer.
Creó la “Fundación Eva Perón” al frente de la cual realizó obras de carácter social y se convirtió en protagonista indiscutible de la historia de la política argentina.
En 1949 buscó incrementar la influencia política de las mujeres y fundó el Partido Peronista Femenino (PPF), dirigido por mujeres, autónomo dentro del movimiento, y organizado a partir de unidades básicas femeninas que se abrían en los barrios, pueblos y sindicatos para canalizar la militancia directa de las mujeres.
En 1951, para las primeras elecciones presidenciales con sufragio universal, el movimiento obrero propuso a Evita, como candidata a vicepresidenta. Sin embargo, ella renunció a la candidatura el 31 de agosto, fecha recordada como el ‘Día del Renunciamiento’, presionada por las luchas internas en el peronismo y la sociedad ante la eventualidad de que una mujer apoyada por el sindicalismo pudiera llegar a vicepresidente.
El 11 de noviembre de 1951 votaron por primera vez todas las mujeres argentinas mayores de 18 años y Evita lo hizo desde la cama de un hospital.
Su último discurso. El 1 de mayo de 1952, muy débil por la enfermedad que padecía, decidió participar del acto en Plaza de Mayo con motivo del Día del Trabajador. Allí, le habló a sus “descamisados”. En un fragmento de sus palabras, señaló: “Compañeras, compañeros: otra vez estoy en la lucha, otra vez estoy con ustedes, como ayer, como hoy y como mañana. Estoy con ustedes para ser un arco iris de amor entre el pueblo y Perón; estoy con ustedes para ser ese puente de amor y de felicidad que siempre he tratado de ser entre ustedes y el líder de los trabajadores”.
Salud deteriorada. El propio Juan Domingo Perón contó que un día antes de morir, Evita le habría dicho en un susurro: “No abandones nunca a los pobres, Juan, son los únicos que saben ser fieles”. El día del deceso de Evita, el locutor Jorge Furnot leyó un comunicado en cadena nacional: “Cumple la Subsecretaría de Informaciones de la Nación el penosísimo deber de informar al pueblo de la República que a las 20.25 horas ha fallecido la señora Eva Perón, Jefa Espiritual de la Nación”.
El 7 de mayo de 1952 el Congreso Nacional otorgó el título de ‘Jefa Espiritual de la Nación’.
Murió el 26 de julio de 1952, a los 33 años a causa de cáncer de útero.Sus restos fueron velados primero en el Ministerio de Trabajo, y luego se trasladaron al Congreso. Su cuerpo fue embalsamado. Cientos de miles de personas desfilaron durante días para despedir a la mujer que había entregado los mejores años de su vida a su tarea social y política. Por su muerte se declaró un duelo que duró hasta el 11 de agosto de 1952.
No hubo funciones de cine, teatro, ni tampoco espectáculos deportivos, mientras las radios transmitían música sacra. Tras su muerte la CGT declaró tres días de paro y la proclamó “Mártir del trabajo” solicitando al gobierno nacional que decrete los máximos honores, declararon duelo por 30 días, a la vez que dispuso un paro de actividades que no afectaría los servicios indispensables durante 48 horas en todo el país.
Tras la caída del peronismo, su cuerpo fue secuestrado y sus restos fueron profanados.
El cuerpo de Eva fue embalsamado. Y recién en 1976 fue entregado a sus familiares. Desde ese momento, sus restos fueron enterraros en el Cementerio de la Recoleta de Buenos Aires donde descansan para siempre.
Su tumba es visitada por cientos de turistas todos los años.
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